“Al interior del cristianismo occidental hay mucha discusión acerca de
qué es la Biblia y de
cómo interpretarla. Hay tradiciones religiosas que dicen que es palabra de Dios y la toman
literalmente. Otras, dentro de las cuales me ubico yo, dicen que es un testimonio de los
seguidores de Jesús”, contó a Infobae América el pastor metodista Pablo Ferrer, profesor de Biblia en el
Instituto Superior de Estudios Teológicos.
Es el libro más editado y vendido de todos los tiempos. Es también el más traducido: existen versiones en más de 2 mil lenguas. En 1452, Gutenberg, el inventor de la imprenta, inició su primera edición tipográfica.
Las Sagradas Escrituras suelen presentarse como una unidad, pero están compuestas por 72 libros, que fueron escritos entre el siglo IX antes de Cristo y el siglo I de nuestra era.
La composición del Antiguo Testamento
“La Biblia tiene dos grandes bloques. El Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo o Biblia Hebrea es la Escritura de la religiosidad judía. En el Nuevo Testamento está toda la tradición cristiana”, describió Ferrer.
Los cinco primeros libros de la Biblia forman
la Torá, que está dentro del
Antiguo Testamento. El Génesis, el Éxodo, el Levítico, el Números y el Deuteronomio.
“Eran
atribuidos a Moisés, pero -dijo Ferrer- diversos estudios demostraron que sólo dentro de un mismo libro, como
el Génesis, hay por lo menos cuatro tradiciones distintas”. Es decir, no pueden haber sido escritos por una misma persona y los que efectivamente pusieron el puño sobre el papel quedaron en el olvido.
“Por ejemplo, en una parte dice que Noé subió al arca una pareja de cada especie, pero dos renglones más abajo cambia y sostiene que subió una pareja de cada animal puro. Esto muestra que había distintas tradiciones contando el relato”, agregó.
Del mismo modo, el Génesis presenta dos versiones de la
creación de la mujer. En una parte sostiene que Dios la extrajo de una costilla del hombre, pero en otra no menciona la costilla y dice
“hombre y mujer los creó”.
Las firmas del Nuevo Testamento
“Esta segunda parte de la Biblia comienza con la transmisión
de Cristo a los apóstolesy discípulos, y luego, de éstos a las primeras comunidades cristianas. Finalmente, algunos apóstoles y discípulos lo pusieron por escrito: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, San Pablo, San Pedro, Santiago. En muchos casos, ellos mismos pusieron que
eran los autores. Además hay distintos estilos y se sabe cuál corresponde a cada uno”, contó Raúl Petrinelli, teólogo de la
Universidad del Salvador, Buenos Aires, en diálogo con
Infobae América.
Sin embargo, para Ferrer tampoco en la parte cristiana pueden determinarse autores individuales para cada libro. “En el Nuevo Testamento los evangelios tienen los nombres de los profetas, pero fueron puestos en el siglo II y muy difícilmente hayan sido esos apóstoles quienes los escribieron. Son más bien memorias comunitarias”.
Por otro lado, al haber pasado tanto tiempo entre la muerte de Jesús y la conformación definitiva de la Biblia, y al haberse escritos tantos libros con sus enseñanzas, ¿cómo determinar qué es bíblico y qué no?
Forman parte del canon de la Biblia los textos que se consideran revelados, escritos por los que recibieron directamente la palabra de Jesús. “La revelación terminó con la muerte del último de los apóstoles, que fue Juan. Se dejaron afuera los simples escritos espirituales, que no eran de la época, sino del siglo II. Estos son los que algunos denominan evangelios apócrifos. No son malos. Simplemente no son revelados”, explicó Petrinelli.
Aunque tampoco en este punto parece haber acuerdo. “En los Siglos I y II hubo -dijo Ferrer- una gran
diversidad de cánones. Había pueblos que reconocían hasta el Apocalipsis de Pedro, y otros que ni siquiera incluían el de Juan. Más tarde,
el obispo Ireneo establece que
la inspiración divina no puede ser un criterio para determinar si un texto es bíblico, porque eso era algo que todos postulaban. Propone tomar en cuenta si se usaban masivamente en las comunidades o sólo en
pequeños grupos sectarios”.
Si bien no hay acuerdo sobre los motivos que determinan que un texto forme parte del canon y otro no, todo el cristianismo occidental reconoce la misma unidad de las Sagradas Escrituras.
¿Cómo entender lo que dice la Biblia?
“Hay grupos que la interpretan literalmente y sostienen que si el texto bíblico dice algo, eso es lo que hay que hacer. Otros pensamos que los textos hay que ponerlos en su contexto, evaluando qué cultura había en la época en la que fueron escritos”, explicó Ferrer.
“La Biblia es el testimonio de distintos movimientos. Está compuesta por muchos géneros literarios. Profecías, reportes de viajes, confesiones. Cada uno hay queinterpretarlo según su género. Pensar que se puede entender toda la Biblia de una sola forma nos ha traído problemas bastantes graves”, concluyó.
No es fácil analizar testimonios históricos cuando son una expresión de fe, como la Biblia. De eso dependerá en gran medida la decisión de creer o no en su autenticidad o en su carácter sagrado. Lo que sí se puede y habría que analizar, como sostiene Ferrer, son las consecuencias reales que tienen las distintas interpretaciones.