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jueves, 22 de noviembre de 2012

Hay que tener fe..


Coincido con su apreciación de carga emocional. Considero que la clave para explicarla es la idealización que le atribuye deseabilidad. Se enaltece, incluso hasta súper sagrada. Viene en grados: cuanto más internalizada la supuesta deseabilidad de esa forma de proceder, más comprometidos con ello. Esto parece explicar adecuadamente el fuerte sesgo de confirmación, la gran carga emocional, sentido de identidad relacionado con su fe, etc... Corríjanme si me equivoco: considero que vuestra experiencia/opinión colectiva al respecto es muy valiosa. 

Las formas de proceder pertinentes a la fe se enaltecen como el ejemplo a seguir. Como consecuencia, influyen en áreas no religiosas. Para dar un solo ejemplo, considera el ubicuo dicho popular "HAY QUE TENER FE": en realidad es una prescripción de cómo proceder que la gente común termina aplicando a situaciones cotidianas (no religiosas)....

Podemos decir que, el conjunto de creencias, actitudes, ideología, pertinentes a la fe, forman una especie de trasfondo cultural influyente. Así como uno pasa por alto estar rodeado de aire, el trasfondo cultural de fe pasa generalmente desapercibido por los que se crían inmersos en él. 

Asimismo, los efectos largo-placistas, atribuibles al trasfondo cultural de fe, pueden ser insidiosos y acumulativos. Considero que estamos ampliamente justificados en investigarlo y evaluarlo libre y críticamente. Cómo primer paso, me he puesto a identificar y resumir las acepciones de la fe, a modo de breves definiciones operativas. Valoro vuestra opinión crítica al respecto.
carmen 

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